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La Saga de los Halsey: Capítulo primero: Mi Requetatarabuelo Edward Halsey Primero.

La Saga de los Halsey: Capítulo primero: Mi Requetatarabuelo Edward Halsey Primero. Un gran cabrón.
Su placer cotidiano consistía en cepillarse a las damas y humillar a sus maridos, ejercicio feraz que practicaba los lunes, miércoles y viernes. Los martes, jueves y sábados hacía exactamente todo lo contrario. Luego el domingo, obligaba a su sochantre de cámara, un borracho empedernido que en la misa en vez de vino usaba ron, a que le absolviera de los pecados cometidos y los que no pudo cometer por falta de tiempo.
Llegó a ser almirante por el procedimiento de aliviar el escalafón, mediante sicarios a sueldo. Gracias a su labor a destajo, la escalilla aligeró sobremanera y de cabo de cabestrante consiguió ascender a contramaestre en dos semanas, a capitán en seis meses, y llegó al Almirantazgo al año siguiente, debido a que por encima de él no había nadie que le pudiera hacer sombra, sencillamente porque no había nadie.
Excelente muchacho, Edward Halsey Primero.
Cortó cabezas, coleccionó clítoris, robó lo que encontró a su paso, y se especializó en superar con creces la pasión desforestadora de Atila.
Aún así, no todo es destructivo en su curriculum. Suya es una curiosa aportación a la cocina japonesa: el Sashimi de Ballena, de exquisito minimalismo. Pesque una ballena, colóquela en una fuente y cómasela hasta reventar. Así de fácil. Cuando llevaba ingeridas tres cuartas partes del inmenso cetáceo, Edward Halsey Primero, a sus 90 añitos, exigió la presencia de una ansiosa manada de huríes, dispuestas a desaforadas felaciones, y de resultas de la poco recomendada mezcla de ambos placeres, su organismo voraz se agotó de vivir y no tuvo más remedio que entregar su desalmada alma a Lucifer que, por cierto, llevaba esperándolo más de medio siglo para convertirlo en su eterno compañero de farra.

1 comentario

Capitán Halsey -

Qué gran hombre, ya no hay caballeros como los de antes...