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capitanhalsey

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Os tengo a tiro, sabandijas

Os tengo a tiro, sabandijas Acabo de dar de baja a mi catalejo. Total, para lo que hay que ver.
Hay calma chicha, y ganas de no decir nada.
Pero yo sé que unos cuantos masoquistas de confesión diaria me echan de menos. Claro que esta vez no voy a decir sus nombres. No pienso hacerles más publicidad. Yo no soy quien tiene que dar de comer a su insaciable ego. Nada de eso. Ellos saben que les estoy apuntando con mis cañones, y con eso basta. Más de uno, o una, hasta se ha vuelto más comedido, o comedida. Sin embargo, otro se ha vuelto más facha aún si cabe. ¡Qué le vamos a hacer! Hay quien todavía sueña con la revolución obrera y hay quien está deseando hacer este verano las prácticas en La Razón. Hay gustos para todo. E imbéciles para más.
Pero reconozco, que os habéis aprovechado de mí. Creasteis para vuestro uso y disfrute una nueva máxima: Ese blog es guay porque lo pone verde el Halsey. Pues se acabó ese chollo. Desde que se la he mamado a un cartujo, ahora mido muy bien mis palabras.

FELIZ SALIDA DE AÑO A TODOS LOS SALIDOS

FELIZ SALIDA DE AÑO A TODOS LOS SALIDOS A los salidos de madre, a los salidos de sí mismos, a los que se les salen las ganas por los ojos, a los que se les sale la fuerza por la boca, a tanto salidillo suelto que sale a ver que le sale, a los salen por salir y a los que, por más que busquen una salida, nunca entrarán en vereda. Y, como es de esperar, a mis queridos monstruos, desde la ególatra y demás familia, a la indómita, la calentorra, la exhibicionista, la mirada inoperante, el ojitos plúmbeos, los pastelillos del príncipe o el príncipe de los pastelillos y el polvo de Joana con el holandés que me sigue poniendo pino.

FELIZ ENTRADA DE AÑO A TODOS LOS COLGADOS

FELIZ ENTRADA DE AÑO A TODOS LOS COLGADOS A los que cuelgan cartelitos y a los que se cuelgan a si mismos, a los adictos a los colgantes y a los colgantes de los adictos, a los que van de cuelgue en cuelgue y a tanto tonto contemporáneo con colgaduras a la calle que anda colgado por ahí. Y ni que decir tiene que también a mis queridos monstruos, desde la ególatra y demás familia, a la indómita, la calentorra, la exhibicionista, la mirada inoperante, el ojitos plúmbeos, los pastelillos del príncipe o el príncipe de los pastelillos y el polvo de Joana con el holandés que me sigue poniendo pino.

CARTA DE AMOR

CARTA DE AMOR Me extraña que no os deis cuenta de lo mucho que me necesitáis.
Comprendo a quienes me definen como un apestado de la sociedad
pero mi propósito es sano.
Pretendo desahogar el exceso de ego que os sobra.
Os entiendo a todos.
Pero, a cambio, tenéis que ser un poco más sinceros con vosotros mismos.
Si os quejáis porque las verdades os hacen llagas,
cerrad la boca y cancelar el blog.
Quien escribe, se expone.
Aquí no hay más ley que la de la jungla.
El que quiera lametones,
que se compre un perro.